Mientras con la devaluación y el alza del costo de
la vida han hundido nuestro poder adquisitivo, el gobierno
nacional y los provinciales, lejos de atender a nuestras necesidades, coinciden
en aplicarnos cada vez mayores dosis de ajuste, que afectan más aún las
condiciones de vida de la clase trabajadora y los sectores populares.
Este gobierno,
contradiciendo buena parte de su discurso y su “modelo”, asume como propias
algunas de las exigencias impuestas por las grandes empresas multinacionales:
devaluación del 25% (por lo menos), aumento de las tarifas del transporte
público, combustibles y de todos los precios que los grupos económicos nos vienen
imponiendo. Es por ello que, en el transcurso del 2014, no debemos descartar
nuevos golpes a los bolsillos populares.
Día a día se va devaluando nuestro salario y se profundiza
la precarización del trabajo y de nuestra vida. Hace varios años que la
inflación supera al aumento salarial y que prácticamente ninguno de nuestros
compañeros alcanza a cubrir la canasta básica para sostener sus hogares, pero
en los últimos meses hemos llegado a límites intolerables.
Mientras en cualquier medición seria la canasta
familiar supera los $8500, es inaceptable el techo salarial que los empresarios
y el gobierno nacional nos quieren imponer. Capitanich amenaza volver a cerrar
por decreto la paritaria nacional docente en caso a no llegar a un “acuerdo”, y
en total sintonía, la vergonzosa propuesta del gobierno de Scioli, ronda el 25%
en cómodas cuotas, con lo que el mínimo ofrecido para fin de 2014 no llega ni a
$5000.
Al gobierno “nacional y popular” y “de los derechos
humanos”, se le cae la máscara a pedazos. Crece la criminalización y judicialización de la
protesta social, reforzada con la amenaza de la ley antiterrorista, como puede
verse en el procesamiento de los delegados de educación que encabezaron una
huelga histórica. O en las condenas ¡a perpetua! en contra de trabajadores
petroleros de Las Heras, por luchar contra el impuesto al salario y la
tercerización laboral; con confesiones arrancadas bajo torturas y apretes a
testigos, tal como lo reconoce Candía (fiscal de esa causa armada) y lo ordenan
las petroleras. La presidenta en su discurso del 1º de marzo, defendió descaradamente
ese impúdico fallo, y ante el aplauso de la oposición gorila, elogió a Berni
por su accionar represivo durante la jornada del 27 de febrero y reclamó leyes
que condenen la protesta callejera (¡como si no bastase con la ley
antiterrorista!).
Solo
resta agregar que en todas las provincias, gran parte de la guita que dicen no
tener para salarios, escuelas u hospitales, se la dieron a la cana con la que
reprimen nuestras luchas.
Organizarnos desde abajo
Desde la
Agrupación Víctor Choque en ATE, sostenemos que semejante ajuste sólo puede ser
enfrentado con éxito si los trabajadores vamos a fondo en la pelea; participando
en forma masiva, discutiendo en forma democrática en cada lugar de trabajo, en
asambleas que permitan decidir qué reclamamos y elaborar planes de lucha de
acuerdo a las preocupaciones y disposición de los mismos trabajadores;
manteniendo nuestra independencia política de todos los sectores patronales.
Siempre construyendo la unidad de los de
abajo, promoviendo apoyo y solidaridad entre y los trabajadores más allá
del sector al que pertenezcan, evitando el aislamiento y contagiando entusiasmo
a más compañeros y compañeras para organizar la lucha.
Los trabajadores debemos tomar esta pelea en nuestras manos, solo
así podremos obtener nuestras victorias
Organizar reuniones y asambleas conjuntas en cada
lugar de trabajo, juntándonos auxiliares y
docentes, trabajadores hospitalarios de las distintas leyes, sin distinguir
entre trabajadores de planta o precarizados, ni la afiliación sindical o
política, etc., para superar las divisiones y fortalecer la lucha.
Denunciar el vaciamiento de la educación, la salud y
las políticas sociales. Porque nuestro salario y nuestras condiciones de trabajo van de la mano
del derecho popular a la salud y la educación dignas, como lo demuestran las
movilizaciones “por la salud y la educación” del año pasado en Bahía Blanca,
con más de 4000 docentes, estatales, médicos, estudiantes y padres.
Resolver entre todos cómo y cuándo profundizar las
medidas. Para sumar cada vez más compañeros, es necesaria la más profunda
democracia sindical. La unidad que podamos organizar desde abajo debe contar
con instancias como plenarios intersindicales o los plenarios de delegados estatales
conjuntos de provincia y capital, votados en cada congreso de ATE pero que no
se concretan.
Luchar por medidas de fondo a favor de los
trabajadores, para ajustar a “los que se la llevan en pala”. Para que cualquier triunfo no sea
“pan para hoy y hambre para mañana”, hay que quitarles el manejo de los
resortes económicos a los grupos
monopólicos, impedir nuevas estampidas de precios, imponerles que paguen
mayores impuestos, el control estatal y popular de las divisas, la banca y el
comercio exterior, no pagar la ilegítima deuda externa, etc.
* Paritarias SIN TECHO ni
aumento en cuotas. Por una “cláusula gatillo” que actualice automáticamente el
salario según la inflación.
* Salario = canasta
familiar. Blanqueo de todas las sumas en negro.
* Pase a planta permanente
de los trabajadores en planta temporaria y otras formas de contrato
basura.
* Asignaciones familiares
universales, SIN TOPES.
* No al IMPUESTO AL
SALARIO (que no es ganancia!)
* Por el 82% móvil a los
jubilados.
* No al vaciamiento del
IOMA e IPS.
* Desprocesamiento de los
trabajadores de la DGE y de todos los perseguidos por luchar. Absolución y
libertad de los trabajadores petroleros de Las Heras.
“Nuestra
experiencia nos ha enseñado que, sobre todas las cosas, debemos ser - pacientes, perseverantes y decididos. A veces,
pasan meses sin que nada aparente - suceda.
Pero si se trabaja con ejercicio de estas tres cualidades, la tarea siempre ha- de fructificar, en una semana, en un mes, en
un año. Nada debe desalentarnos. Nada debe dividirnos. Nada debe desesperarnos”
Agustín Tosco